don de hablar en lenguas

En la actualidad muchos sabios y entendidos afirman que el don de hablar en lenguas angelicales se perdió con los últimos Apóstoles, pero eso sería como afirmar que Dios no existe.

En la Carta que escribe el Apóstol Santiago (inspirado por el Espíritu Santo) a los hermanos de la fé, exactamente en el Capítulo 1, versículo 17, expresa claramente que el carácter de Dios no es variable, es decir, Dios no cambia de parecer con respecto a las bendiciones para con su pueblo.

Lo hizo con los Apóstoles en el día de Pentecostés y lo seguirá haciendo con todos lo que en él creen, hasta el fin del mundo.


Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago 1:17

Cierta ocasión me encontraba en un culto de adoración a Dios cerca de mi lugar de residencia, esos cultos que empiezan a las 19:00 y terminan a las 21:00 de la noche, todo empezaba con normalidad y naturalidad.

El hermano que dirigía el culto de adoración, rompió con los saludos iniciales, así como con la oración de poder en el nombre de Jesús, con la cual se declaran bendiciones para el pueblo del Señor y gran parte de la guerra espiritual que nunca debe faltar en los cultos cristianos.

La lectura de la palabra no se hizo esperar y acto seguido empezó el periodo de alabanzas, un momento en el cual todo cristiano se conecta con el Dios viviente y para ser honestos yo no fui la excepción :)

Mientras se cantaban cánticos cristianos de guerra espiritual, sentía que el ambiente se transformaba en algo sobrenatural. A medida que las alabanzas son entonadas, uno siente como se sueltan todo tipos de cargas al creador.

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Una noche antes, a este culto, me había amanecido hablando con Dios (orando), pidiendo que me diese la oportunidad de sentir su presencia, ya que mi afán, desde que Dios sanó mis heridas, era ser un instrumento útil en sus manos como agradecimiento de su gran amor.


Cómo hablar en lenguas cristianas

Recuerdo que mientras oraba, aquella noche, me vino a la mente las palabras de nuestro Señor Jesucristo en sus últimos minutos en la cruz del calvario, palabras que son plasmada en la biblia como "Elí, Elí, ¿lama sabachtani? Mateo 27:46".

Empecé a repetirlas una y otra vez, como quien decía a Dios, al igual que mi amado Jesús: Señor Señor por que me has desamparado, recuerdo que lloraba como un niño mientras repetía estas palabras de rodillas aquella noche.

Derrame mi corazón a los pies de Jesús sin esperar nada a cambio, lo hice por agradecimiento a su misericordia.

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El que ministraba las alabanzas comenzó a cantar cánticos netamente de adoración, no pude contener mis lágrimas cuando escuchaba que decía de sus labios: "Dios escucho tu clamor" "Dios sabe cuánto lo amas" "El no desprecia un corazón contrito y humillado".

En este entonces recordé lo que había acontecido la noche anterior y deje que mi corazón se abriera al Señor, mientras que repetía nuevamente Elí, Elí, ¿lama sabachtani? acompañado con mi profundo llanto.


Lo que sentí en ese momento, estoy seguro que todos quienes hablan en lenguas lo sintieron también alguna vez, fue una especie de corriente eléctrica que cayó en mi cabeza y corría por mis mejillas hasta controlar toda mi boca.

Cuando esto ocurrió salió de mis cuerdas vocales unas palabras que no eran en español, algo diferente a mi dialecto normal, palabras como las de un niño de dos años que no puede pronunciar nada todavía.

Poco a poco las frases se hacen más marcadas pero indescifrable al menos para los que hablamos español.

Esta corriente venía levemente por mi cabeza y luego se hacía fuerte en mi cara, mientras salía de mis labios frases que yo no podía entender, pero estoy seguro que Dios si las entendía, porque el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles narra el Apóstol Pablo.


Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Romanos 8:26-27

Frases como pronunciar consonantes algo difícil de hablarlo, pero eran repetitivas en algunas y otras como queriendo formar frases en un idioma diferente.

No, no caí desmayado o peor aún, perdido en algún trance, la verdad que no, pero si sentía paz en mi interior y esas frases impronunciables daban consuelo a mi ser.

Cuando abrí los ojos, luego de que las alabanzas terminaran, vi al ministro de alabanza delante de mí que me decía, hoy Dios tuvo misericordia de ti, di conmigo "Aleluya".

Esa noche marcó un antes y un después en mi vida espiritual, empezó algo diferente en mí y sé que seguirá hasta que Cristo venga por su iglesia.


Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, Isaías 28:11